domingo, 7 de agosto de 2016

Cronica de una muerte evitable

La historia se basa principalmente en una persona,  Jorge, este hombre es un tipo de 64 años, el cual perdió a su familia aún muy joven. Teresa, su madre murió a la edad de 38 años por un infarto al corazón.  Por su parte su padre nunca hizo falta en su vida, es más de hecho nunca supo de quien era o algo parecido. Un día 28 de abril Jorge se dirigía a una consulta rutinaria a un doctor nuevo, ya que su doctor “de cabecera”, ha fallecido.

Jorge: (entrando a la consulta se dirige al mesón) Hola, hoy tengo una atención con el doctor Cabrera.

Fernando: Haber déjame buscar… (Busca dentro de unos papeles) Ahora en la tarde solo tiene una hora con el señor Francisco Castillo, y el señor Jorge Milanés.
Jorge: ¡Sí!, yo soy Jorge Milanés.

Fernando: Ay, lo siento mucho pero el doctor no está ahora.

Jorge: (Enojado) Enserio, entonces para que me citaron a esta hora si en realidad él no estaría.
En este país siempre ocurre lo mismo, todos se lavan las manos entre ellos, son un par de ineficientes, no sirven para nada, les pagan por atender a un par de personas. Típico de ustedes, que porque ya soy un viejo me tratan como si fuera una lacra, un estorbo de persona, es por esto que no nos toman enserio.

Fernando: (Nervioso) Señor Jorge lo siento mucho pero es que en este momento el doctor fue a ver a una paciente a domicilio. (Con autoridad)
 Si no se tranquiliza me veré obligado a llamar a los guardias. Por ahora puede esperar en el sofá (hace un ademán señalando un viejo sillón).

Jorge: (Ofuscado) Claro ahora me sale con que llamara a los guardias, típico de este país, cada vez que queremos exigir nuestros derechos nos tratan como problemáticos.

Ya han pasado 45 minutos desde que aconteció la tediosa discusión. Jorge está sentado, esperando al doctor, cuando se le acerca el recepcionista y le entrega un café.

Fernando: Aquí tiene un café  para que se relaje un rato.

Jorge: Gracias, (lee en su delantal) Según el significado de su nombre usted debe de ser un hombre valiente y aventurero…

Fernando: La verdad creo que no me corresponde mucho, usted es mucho más valiente que yo.

Jorge: Tranquilo hombre, si lo trate así fue por un momento de ira, usted vera que una persona como yo de 64 años ya no tiene tanta paciencia para soportar ciertas cosas...

Fernando: (con poco interés) Si tranquilo entiendo.
Debió haberlo heredado de su padre, el carácter digo, la valentía.

Jorge: No sé, no conozco a mi padre, siempre crecí solo con mi mama, una muy buena mama por cierto. Al mismo tiempo aguantando las burlas de mis amigos y haciendo la idea de que yo tenía una familia “especial”.

Fernando: (Enojado) ¡Que mala suerte, odio a los tipos como esos, son un par de cobardes!

Jorge: (con un tono de simpatía) Ve, usted no soporta a los tipos como quien debió haber sido mi padre, en cambio yo odio las jerarquías y los gobiernos estafadores.

Fernando: Cambiando de tema… ¿Porque que viene al médico, es solo un control de rutina o es algo más profundo?

Jorge: Es solo un control, pero ahora mientras converso con usted siento un terrible dolor ubicado en los sesos (se toca la cabeza y se queja del dolor), la verdad es que es bastante fuerte.

Fernando: entonces si es así, es mejor que pase a una camilla lo más pronto posible.

Fernando y Jorge con dificultad intentan caminar hacia la camilla, en ese mismo momento va pasando un enfermero…

Gabriel: ¿Que ocurre Fernando?

Fernando: Veras Gabo este paciente está esperando al doctor y dice que se siente mal, quizás tú como enfermero lo podrías evaluar.

Gabriel: Pero si el doctor estaba aquí no hace mucho…

Jorge: (mirando a Fernando) Pero él me dijo que había salido.

Fernando: Entonces ¿Dónde está?

Se dirigen a la camilla, cuando van hacia el lugar de atención ocurre algo que los sorprende.

Fernando: (Desesperado) ¡Ay Gabriel, algo le paso a Jorge!

Gabriel: (Asustado) ¡¿Qué?! ¿Quién es Jorge?

Fernando: ¡Ay! El tipo este po´ el paciente

Gabriel: (Corre y al llegar lo examina) Que extraño, su corazón late bien y su respiración es correcta.

Fernando: (Asombrado) De verdad, es que fue extraño se estiro en la camilla y su cuerpo dio un salto, porque habrá sido, la verdad no sé.

Gabriel: sus pulmones están algo extraños si…

Fernando: (preocupado) ¿A qué te refieres con extraños?

Gabriel: No sé, se escucha como un bullicio…

Fernando: ¿Qué tipo de bullicio?

Gabriel: (subiendo el estetoscopio) en su cabeza se escucha un zumbido
La cabeza de Jorge comienza a saltar, hasta que se estrella contra la camilla y queda inmóvil.

David: En algún momento de mi vida, fui padre, es por eso que no quise curar a este paciente…
Al unísono Fernando y Gabriel dicen: ¿usted no estaba visitando pacientes?

David: Eso es lo que todos creían.

 Todos  miran hacia el suelo, y Fernando cubre el cuerpo de Jorge con una manta.

FIN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario