jueves, 30 de junio de 2016

Testimonio de un loco de amor

_Se oye el ruido, ese ruido, ¿de qué es?,
_¿No lo sabes?, dicen que lo provocan sus recuerdos, es eso ya viene. Puedo oírlo y sentirlo, es solo uno, en es esta habitación, estoy solo, nadie esta ahora conmigo, esta helado. Y en medio de la noche tu recuerdo cobra vida, como olvidarlas, emociones, recuerdos, nuestros momentos, en este corazón, en este abrigo. Oigo el ruido de la grúa, que destruye y arrasa a nuestros sueños, oigo ese terrible eco, que provoca el reloj, esas agujas que no acaba ni con la llegada de la aurora, o la oscura llegada del crepúsculo. También oigo el sonido de un violín, semejante al de tu llanto. No te dejé ni en febrero, ni en Diciembre.

Te escribí un carta, cada mes que pasó, y las ocultaste en el centro de la orbe, la destruiste al igual que mi medio, destrozaste nuestra pasión, la dejaste, mis palabras mi razón, mi corazón. Angustiarte deberías, ¿aún no sabes que sea a ido verdad? .

_ Déjame oír tu voz, perdido estoy , en el desierto de la agonía, en el mar de tus tristezas, dentro de ese casquete que desde lejos veíamos, ahí estoy, destrozado buscándote, imposible es imaginar; un caballo pasando por el ojo de una aguja, un mundo sin ti, así es tu cuerpo y el mío, tu corazón, tal como estoy perdido, no te dejo de extrañar, y ahí, desde aquí veo el tren, ese que acabo con nosotros.

_ Ahora oigo el grave y retumbante sonido de un cello, que triunfante suena, en medio de oscuras y aterradoras tinieblas, también me oigo, escucho nuestro recuerdo, esos momentos que dialogamos acerca de los k1, oigo esas palas,y veo tu huellas, como entran a su casa, y divulgan todos mis secretos.

_  Tu presencia siento en mi interior, todo lo que me quedaba te lo obsequie, mi vida, entrego mis pensamientos, e incluso lo más preciado para mi, mi relación con Dios.

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